top of page

¿Cómo dejar el azúcar?

Si sientes que no puedes dejar el azúcar… no te castigues. No es que te falte fuerza de voluntad. Lo que pasa es que el azúcar está cumpliendo una función en tu vida.


Y no es cualquier función. Muchas veces ese pedazo de chocolate, ese postre, o esa galleta llegan justo cuando más sola, ansiosa o desbordada te sientes. No están ahí solo porque te gusten (aunque claro, también). Están ahí porque están haciendo el trabajo de alguien más.



Cómo dejar el azúcar


El azúcar está ocupando un lugar.


A veces, ese lugar es el de una mamá que no supo acompañarte emocionalmente. O el de una pareja que nunca llegó. O una red de apoyo que no tuviste. Incluso puede ser el lugar de tu propia voz interior, esa que no aprendiste a cultivar.


El azúcar calma, consuela, acompaña, distrae.


En momentos en que no sabes qué hacer con lo que sientes, se vuelve una especie de salvavidas.


Y aquí quiero compartirte una metáfora que cuento en mi libro sobre relación con la comida y espiritualidad (que saldrá muy pronto): si estás en el medio del mar, sin saber nadar, y alguien te lanza un salvavidas… ¿lo vas a soltar? Obvio que no.


Primero tienes que aprender a nadar.


Con la comida pasa lo mismo. ¿Cómo dejar el azúcar?


No puedes simplemente "quitar el azúcar" si antes no trabajas en esa función que hoy está cumpliendo en tu vida.


Si el azúcar es lo que te calma o lo que te acompaña en la soledad… ¿qué pasa si lo sacas sin más? Te quedas a la deriva. Por eso tantas dietas fracasan o se vuelven una lucha constante: porque intentan quitarte el salvavidas sin enseñarte a nadar.


La verdadera transformación no empieza en el plato, sino en la relación que tienes contigo misma.


Eso es lo que trabajo con las mujeres que acompaño. No se trata de comer “más sano”, se trata de comer en paz. De mirar lo que hay debajo del impulso, de soltar antiguos patrones de respuesta automática, de reconocer tus necesidades reales, de volver a ti.


De reconstruir ese vínculo interno para que ya no necesites anestesiarte o calmarte con comida. Y cuando eso pasa… el azúcar simplemente pierde fuerza. No porque lo controles, sino porque ya no lo necesitas para sostenerte.


Y claro, en el libro te comparto mucho más. Pero por ahora, te dejo esta idea: no se trata de soltar el salvavidas… se trata de aprender a nadar.


Y aquí van algunas sugerencias concretas para empezar a soltar el azúcar desde la alimentación consciente:


  • 🌿 Escucha tu cuerpo antes de comer. Pregúntate: ¿tengo hambre física o estoy buscando consuelo?

  • 🍫 Come el azúcar con presencia. Si vas a comer algo dulce, hazlo sin culpa, sin prisa, y con todos los sentidos despiertos ¡gracias azúcar por estar aquí en este momento que te necesito!

  • 🧘‍♀️ Haz una pausa antes de comer. Tres respiraciones profundas pueden ayudarte a volver a ti antes de comer en automático.

  • ✍️ Escribe lo que sientes. Muchas veces lo que no dices, lo terminas comiendo.

  • 💜 Cuida tu energía, no solo tu plato. Dormir bien, descansar, disfrutar, moverte… todo eso también te alimenta.

  • 💬 Háblate con amor. En vez de retarte por comer azúcar, pregúntate con cariño: ¿qué estoy necesitando de verdad?


Este camino no se trata de hacerlo perfecto, se trata de hacerlo presente. De volver a ti. De empezar a darte lo que estás buscando… más allá de la comida.


Te invito a escuchar tus ganas de comer azúcar, antes de querer eliminarlas por completo.


¿Qué te está pidiendo ese antojo?


Puede que incluso sea tu alma pidiéndote a gritos conectar con algo profundo que sostiene, que contiene, que eleva y que calma. Algo eterno e inmutable, como tu esencia divina.


Puede ser tu clan mostrándote que estás siguiendo una lealtad y temes romperla.


Puede ser tu cuerpo rogándote descanso y mejor nutrición.


Puede ser tu corazón con hambre de conectar con otros, en intimidad y un espacio seguro.


Tantas cosas...que no caben en un solo plato.


Se requiere de un proceso de autodescubrimiento y conexión personal. Luego, cuando descubras el lugar que el azúcar tiene para ti y te ocupes de llenarlo con lo que corresponde, podrás soltar el salvavidas para comenzar a nadar por ti misma.


En la medida en que nutras tu vida y tu alma, comerás azúcar pero sin excederte porque la vida ya será sabrosa por sí misma.


Sé que puedes hacerlo. Pero si necesitas ayuda, agenda una sesión diagnóstica conmigo y te ayudo a develar lo que ha estado inconsciente para que no se siga repitiendo.


¿Te hace sentido? Compártelo con alguien más y si quieres recibir más artículos como este en tu bandeja de entrada, suscríbete gratis aquí y recibe un audio que te ayudará con 5 principios para pasar de una vida que funcione, a una que te llene el alma (y que el cuerpo te pida cada vez menos azúcar).



 
 
 

Comentarios


Todos los derechos reservados. Mackarena Duhalde (2025)

bottom of page