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¿Cómo ayudar a un familiar o ser querido con Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA)?

A los 14 debuté con mi primer TCA.


Comenzó con una dieta, como en casi todas las historias.


Iba en un colegio de mujeres y era el comienzo de los 2000. Lo que veíamos en la televisión todavía era ley, porque no conocíamos internet.


Quizás seamos los últimos que podemos contar cómo era el mundo antes del WiFi.


Me pasé la adolescencia y los primeros años de adultez luchando con mis propios fantasmas, la autoexigencia y el miedo al rechazo.


Hasta que lo logré.

No sin una mirada espiritual de la vida, porque francamente, sin ese ingrediente no habría podido. Ese proceso lo podrás conocer en detalle en mi próximo libro.


Pero hoy quiero hablarte desde otra perspectiva.


Soy psicóloga clínica, y a lo largo de los años he desarrollado mi propio enfoque de alimentación consciente (que también compartiré en el libro). Pero la verdad, nunca quise especializarme en TCA, porque una también es persona y tiene un límite.


Lo que voy a contarte aquí nace desde mi experiencia personal como paciente.No reemplaza la visión de un equipo médico, ni mucho menos un tratamiento. Pero sí espero que te complemente y te ayude a seguir. Porque sé que no es fácil.


Lo primero que necesitas saber para ayudar a un ser querido con TCA


Una persona con TCA necesita algo que no quiere.Y va a buscar confirmar su punto de vista acercándose a personas que le digan lo que quiere oír o, más frecuentemente, aislándose para no escuchar lo que no quiere escuchar.


Esto requiere mucha tenacidad de tu parte como familiar, cuidador o persona cercana.

Por eso, aquí van algunas sugerencias prácticas para transitar este proceso:




ayudar a un ser querido con TCA



1. Busca ayuda profesional


Aunque parezca obvio, no lo postergues. No esperes a último minuto.

Busca un nutriólogo o psiquiatra especializado en TCA que pueda llevar el caso o derivar a un centro o equipo adecuado, según las posibilidades que tengan como familia.Esto no se pasa con voluntad ni se resuelve en solitario.

Hay instituciones donde también se realizan talleres de apoyo para pacientes y cuidadores. Úsalos.



2. Activa tu red de apoyo


Si eres cuidador(a) o alguien del círculo cercano y te afecta mucho ver a tu ser querido atravesar esto, también necesitas apoyo para ti.

Aquí aplica el ejemplo clásico de las mascarillas del avión:Si estás en un vuelo con turbulencias y caen las mascarillas, primero debes ponerte la tuya. Siempre.Sólo así podrás ayudar a quien tienes al lado.

Nadie puede sostener a otro si está ahogado en su propia angustia.



3. No puedes hacerlo todo (ni sanar por el otro)


Esto cuesta aceptarlo. Y duele.Especialmente si eres madre o padre de quien sufre un TCA.

Puedes dar todo de ti, hacer todo lo que está en tus manos, pero no puedes vivir el proceso por tu ser querido.Es un camino que debe transitar por cuenta propia y desde su voluntad.



4. No tomes nada personal


Es el TCA hablando. No tu ser querido.

Es muy probable que te mienta, manipule, explote, diga cosas dolorosas, minimice lo vivido o sólo vea lo que falta. A ratos parecerá que ya no es la persona que conoces. Y eso va a doler. Mucho.

Pero no es personal. No tiene que ver con cuánto te ama ni con lo que haces. Es la voz del TCA. En el fondo, la persona que amas sigue ahí, sólo que por ahora no puede decir ni hacer nada mejor. Por ahora.



5. Serás el malo o la mala de la película


Y aún así, tendrás que mantenerte firme.

Te pongo un ejemplo: cuando tu hijo o hija tiene 2 años y vas al supermercado en plena hora de siesta, sabes que el hambre, el sueño y los estímulos lo llevarán a pedirte cosas que no puedes (o no deberías) darle.

Le dices que NO, y sabes que lo que viene es un berrinche.

Sé que hoy preferirías estar en el supermercado bancándote el berrinche del siglo antes que estar en esta posición.Pero vas a necesitar esa misma templanza y fortaleza interior de entonces. Multiplicada.



6. Ayúdale a ver que el TCA es externo


En momentos de calma, cuando sea posible conversar sin defender un punto de vista, ayúdale a ver que los pensamientos son solo pensamientos. Que el TCA funciona como una voz molesta (una especie de "anti-Pepe Grillo") que repite ideas absurdas y dañinas. Pero no son reales.

Una idea práctica: pónganle un nombre.Puede ser “Mona la monotemática”, por ejemplo. Y recordar: si Mona está hablando, no hay que hacerle caso. Habla demasiado.



7. El TCA funciona como unos lentes de sol


Lo complejo de estos trastornos es que colocan a la persona afectada en un limbo entre lo real y lo irreal.

Desde fuera, puede parecer que es imposible “convencerla” de otra cosa. Y es que la forma en que cada uno ve el mundo es profundamente personal.

Si toda tu vida te dijeron que el cielo es azul, no importa que venga alguien hoy a decirte que es rojo. No le vas a creer. Porque tú lo ves azul.

Así funciona el TCA: como unos lentes de sol que distorsionan la percepción. Todo se ve diferente.Cambiar esos filtros, la forma de ver el mundo y el cuerpo, es un trabajo terapéutico profundo que toma tiempo.



8. Apoyo también para ti


Lo reitero: si eres cuidador(a), busca ayuda. No sólo para tener más herramientas frente a situaciones difíciles, sino también para desahogarte, encontrar sentido y sostenerte en el camino.

Esto es muy personal, pero en mi caso, nada tendría sentido sin una mirada espiritual de la vida, y sin los terapeutas que me acompañaron en momentos clave. Con ellos aprendí a sacar lotos del fondo del pantano.



En síntesis, si buscas cómo ayudar a un ser querido con TCA, no lo hagas en solitario.

Ten paciencia.

Conviértete en un roble y ten espacios seguros para desplomarte.


Nadie puede sostener todo, todo el tiempo.


Pasará.

Esto también pasará.


Espero que esta mirada te ayude y si conoces a alguien que lo necesite, por favor reenvíaselo.


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Un abrazo.


PD.: en mi próximo libro podrás conocer detalles de cómo logré salir de todo esto y hoy poder acompañar a otras personas a comer en paz y conectar con una visión espiritual. Porque no conozco forma más profunda y duradera que esa para nutrirnos de verdad.



 
 
 

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