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Cómo enseñar alimentación consciente a tus hijos (y sanar tu relación con la comida primero)

Actualizado: 5 may

Una de las preguntas que más recibo en mi consulta es:“¿Cómo puedo enseñarle a mi hijo/a a comer de forma sana… sin caer en dietas, restricciones ni obsesiones?”


Y entiendo esa preocupación. Porque, en realidad, no se trata sólo de qué comen nuestros hijos, sino de cómo se relacionan con la comida, con su cuerpo y consigo mismos. Por eso hoy quiero entregarte herramientas prácticas —y profundas a la vez— para ayudarte en este camino.


Dos niños disfrutando de comer sin culpa

Este artículo resume los puntos más importantes que compartí en mi última charla para padres.Además, como psicóloga clínica especialista en Alimentación Consciente y mamá, quiero contarte algunas reflexiones actualizadas desde mi propia experiencia acompañando a familias a crear vínculos más armónicos con la comida.


¿Te fijaste que puse "sanos" entre comillas? Yo sé que tú buscas que tus hijos tengan una relación "sana" con la comida. Sin embargo, quiero proponerte otra idea: que puedan comer en PAZ, sin que la comida sea un tema. Porque, honestamente, no tengo la facultad científica ni moral para determinar lo que es sano para ti o para tu familia sin siquiera conocerte.


Si esta mirada resuena contigo, sigue leyendo.



El cambio de paradigma que necesitas hacer para enseñar alimentación consciente a tus hijos


Durante muchos años, la conversación sobre alimentación giró en torno a qué comer, a contar calorías, a perseguir un “peso ideal” como sinónimo de salud (este tema lo abordo más en profundidad en mi próximo libro).


Hoy sabemos que eso no sólo es ineficaz, sino que también puede ser peligroso.Los estudios nos muestran que la relación conflictiva con la comida empieza cada vez más temprano, con casos de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) antes de los 12 años.

Por eso, el enfoque ahora es diferente:


  • De controlar el peso ➔ a cuidar la salud integral.

  • De enfocarnos en el qué ➔ a ocuparnos del cómo comer.

  • De tratar un problema individual ➔ a reconocer que es una cuestión familiar y social.


Y aquí es donde, como padres, tenemos un rol fundamental:no podemos enseñar lo que no practicamos.



Entonces, ¿cómo partir por casa?


La Alimentación Consciente no es una serie de reglas sobre cómo deberían ser las cosas, ni menos una forma solapada de hipervigilancia. La puedes comprender como una manera de estar presente mientras comes, conectando con tu cuerpo, tus emociones y tus necesidades reales (físicas, emocionales y energéticas).


En otras palabras, desde mi perspectiva, se trata de estar más consciente de ti, que de lo que comes.


Implica:

  • Comer con los 5 sentidos.

  • Elegir los alimentos sin juicios (no hay "bueno" o "malo", sino experiencias).

  • Escuchar las señales internas de hambre y saciedad.

  • Vivir la experiencia y ritual del comer, no sólo cumplir una función biológica.


Más allá del plato, enseñar alimentación consciente es enseñar conexión con el cuerpo y las emociones, amor propio y respeto por la experiencia interna.



3 pilares para enseñar alimentación consciente a tus hijos


Aquí quiero dejarte un esquema claro para implementar en casa, sabiendo que cada pequeño paso suma.



1. Relación con el cuerpo

Los niños aprenden de lo que ven y escuchan en casa. Revisa:

  • ¿Cómo hablas de tu cuerpo delante de ellos?

  • ¿Cómo hablas de otros cuerpos?


Recomendaciones prácticas:

  • Evita comentarios gordofóbicos o juicios sobre el cuerpo, tuyo o ajeno.

  • Refuerza cualidades que no dependan del físico: su alegría, creatividad, esfuerzo, empatía.

  • Enséñales que el valor de una persona no está en su aspecto físico.



2. Relación consigo mismos

Ayudarlos a construir un núcleo interno de valor es clave para una vida libre de obsesiones con la imagen o la comida.


Cómo apoyarlos:

  • Evita las comparaciones (“tu hermana come mejor que tú”).

  • Sé cuidadoso con la crítica: fomenta el aprendizaje, no la culpa.

  • Refuerza su amor propio más que su autoestima (no por lo que logran ni cómo se ven, sino por quienes son).



3. Relación con la comida

Aquí es donde solemos cometer errores sin querer:

  • Poner a los alimentos en categorías de “bueno” y “malo”.

  • Premiar o castigar con la comida.

  • Transmitir reglas rígidas o hacer dietas en familia (esto último, por favor evítalo a toda costa porque es un factor de riesgo para iniciar un Trastorno de la Conducta Alimentaria).


Mejor alternativa:

  • Fomenta hábitos saludables desde el placer y los beneficios, no desde la obligación.

  • Ofrece variedad e inclusión de alimentos, sin dramatizar si un día comen distinto.

  • Céntrate en construir momentos de disfrute, conversación y presencia en torno a la comida. Ojalá, al menos una vez al día, comer en familia y sin pantallas.



Desde hace más de 15 años acompaño a personas a mejorar la relación con su cuerpo, su alimentación y su salud (cuando trabajaba como psicóloga de hospital). Durante varios años, me dediqué exclusivamente a ayudar a mujeres a transformar su relación con la comida y a comer en PAZ.


Hoy, como mamá de dos niñas (que además tuvieron alergias alimentarias), he vivido en carne propia la importancia de enseñar desde el ejemplo y no desde la exigencia.


De toda esta experiencia —además de nacer mi primer libro, que pronto saldrá a la luz— surge un convencimiento profundo: lo más poderoso para enseñar alimentación consciente a tus hijos (y a los niños que te rodean) no es lo que dices, sino cómo vives tú misma la alimentación y el respeto por tu cuerpo en el día a día.


Los niños sienten la coherencia. Y eso deja huellas mucho más profundas que cualquier charla o regla.


Te pongo un ejemplo cotidiano: si tus hijos te ven pesarte cada mañana, sufrir porque no cabes en el pantalón que querías, y luego servirte poca comida en el desayuno, da lo mismo que después les digas "ama tu cuerpo" o "come sano porque es bueno para ti"...lo que están viendo es otra cosa.


En conclusión, enseñarle a tus hijos a comer conscientemente siempre, pero siempre, parte por tu propio trabajo interno de coherencia. Después, puedes ayudarlos a fomentar los tres pilares de lo que me gusta llamar la "trilogía de la alimentación consciente": relación con el cuerpo, consigo mismos y con la comida.


Al revés de lo que muchos piensan. Esa es la verdadera clave.



BONUS: ¿Qué pasa con la historia familiar?


Hay un área que no alcanzo a explorar en un solo post: el peso de la historia transgeneracional.


En simple: ¿adviertes si estás repitiendo algún patrón familiar?¿Cómo se hablaba del cuerpo? ¿Cómo se servía la comida? ¿Qué se valoraba más: la delgadez, la belleza, la obediencia? ¿Cómo se han transmitido los ideales de belleza y los roles de género en tu familia?


Toda esta historia influye, más de lo que creemos, en cómo comemos y cómo educamos.



¿La comida sigue siendo un tema para ti?


Todo esto nos muestra que trabajar nuestra propia relación con la comida no es opcional si queremos ser un ejemplo real para nuestros hijos.


Si sientes que la comida todavía es un tema para ti, que comes por ansiedad o vives episodios de atracones a pesar de "saber" lo que deberías hacer, quizás ha llegado el momento de hacerte cargo de raíz.


Te invito a agendar una sesión diagnóstica inicial conmigo, donde conversaremos sobre tu situación y decidiremos en conjunto si alguno de mis programas terapéuticos puede ser el próximo paso para ti.



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